El oro en la técnica Kintsugi representa la riqueza y la belleza que pueden surgir de las experiencias difíciles. Al resaltar las grietas y cicatrices con oro, se convierten en una parte valiosa y destacada de la pieza, en lugar de algo que se oculta o considera un defecto. El oro simboliza la fortaleza y la resiliencia que surge de superar las dificultades, añadiendo profundidad y valor a la obra de arte y al individuo representado.